Los del título son los países en los que he estado estos últimos días, no tantos como para disfrutar, pero sí para aprender.
En Santo Domingo la cosa fue de Gobernabilidad, los participantes gente joven con responsabilidades políticas y por tanto con capacidad para en conjunto pensar en cómo hacer la Iberoamérica del presente y futuro mejor, ante los enormes retos que hay por delante, entre ellos el propio concepto de Iberoamérica. Por lo que parece han hecho grandes alianzas que espero sepan y puedan aprovechar.
En Lima la cita era doble. Por una parte trabajar sobre el Plan Andino de Prevención de Embarazo Adolescente, implicando a los organimos para jóvenes y de salud, y por supuesto a la sociedad. Y por otra participar en una intensa jornada impulsada por la SEGIB para conocer y facilitar el acceso a los programas de cooperación iberoamericanos, una iniciativa interesante y práctica.
Quito fue una toma de contacto con responsables políticos para acompañar en el fortalecimiento de estructuras públicas.
Colombia algo similar, participar en el proceso de diseño del Sistema Nacional de Juventud contanto con las aportaciones de la propia gente joven y de las estructuras y personas que ahora dedican grandes esfuerzos a ellos y algún momento esperan algo más de la eficacia de la gestión pública.
La última parada está siendo en Río de Janeiro, el tema esta vez la Innovación y la Sociedad del Conocimiento, las barreras y las oportunidades, en lugar de contarlo lo muestro en directo.
Las próximas paradas serán Cádiz, Cáceres y Madrid, con tanto movimiento es difícil hablar de otra cosa que por alguna vez no sea compartir parte de las cosas que estoy haciendo, y sobre las que muchas veces se me interroga.
Un día muy triste y muy duro. El domingo estuvimos hablando, te dolía un poco la garganta y tenías falta de apetito, pero “habrá que obligarse un poco hija”. “¿Cómo llamas tú ahora?” era tu respuesta al descolgar el teléfono y decirte “¿abuela?”. Que ya ha cambiado todo, que lo que venga al día siguiente será distinto por mucho tiempo es algo de lo que vamos siendo conscientes poco a poco en este encierro, que de repente ya no estés apenas nos ha dado tiempo a hacernos a la idea. Supongo que es aquí donde uno viene a contarlo ante la ausencia de otras despidas, las personas no estamos preparadas para no tener duelo. El virus ya se había manifestado con más gente en el pueblo, el lunes empezó a costarle respirar, nos dijeron que se la llevaban al hospital, pero finalmente la trataron allí mismo. El martes por la noche nos avisaron de que no había más que hacer que prepararla y prepararnos, la mañana del miércoles fue eterna, llamar y llamar sin obtener respuesta. A las 14h sonó el ...
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