Según el sindicato de inspectores de Hacienda Gestha, el fraude fiscal en nuestro país podría alcanzar casi el 25% de nuestro Producto Interior Bruto. La cifra no deja impasible, 253.000 millones de euros. Según ellos mismos, el 72% del fraude procede de lo que conocemos como grandes contribuyentes, haciendo una simple regla de 3 con estas cifras, podríamos estimar que la evasión fiscal procedente de esas grandes cuentas sería de 182.000 millones de euros.
Seis meses después de registrar varias preguntas, sin obtener respuesta, sobre el control y sanciones que la Agencia Tributaria impone sobre estas cuentas para hacer aflorar esos recursos en el erario público, el pasado martes en la Comisión de Hacienda la Secretaria General de Administración Local (sí, de Administración Local) informó de alguna de las respuestas que le habían trasladado.
Nada dijo sobre la relación de los cargos de confianza del Ministerio de Montoro con la empresa CEMEX, ni de cuántos expedientes a grandes empresas ven rebajada la cuantía sancionadora propuesta por la inspección una vez pasa a tramitarse la sanción, ni de los motivos por los que se haya tenido que producir una cadena de ceses y dimisiones para que continuara el expediente sancionador a una gran empresa.
De lo que sí informó es de el número de expedientes y sanciones impuestas a grandes contribuyentes en el año 2013, contabilizándose unos ingresos de 463 millones €. Teniendo en cuenta la cifra inicial, 182.000 millones €, podríamos concluir rápidamente que para uno de los llamados grandes contribuyentes, defraudar es muy rentable. Pero requiere una mayor atención seguir la evolución de estas sanciones en los últimos años, que han pasado de los 1.412 millones € en el año 2012 por los expedientes y recursos presentados por el Gobierno anterior, a los 463 millones € en 2013. La conclusión es que defraudar con Montoro es muy rentable, si eres una gran empresa, claro.
Si pensamos en cifras europeas, estos mismos sindicatos están denunciando una evasión fiscal alrededor del billón de euros. Ahora pensemos en hacer posible reducir esa evasión fiscal, en gravar las transacciones financieras, en una mejor redistribución de los recursos, en no imponer plazos de pagos de deudas que asfixien a la ciudadanía y a las economías, en la eliminación del secreto bancario y las amnistías fiscales, en una unión fiscal, en acabar con los paraísos fiscales… pensemos que son posibles mañana en Europa, que cada uno de nosotros pueda tomar esa decisión.
Pensemos en las veces que nos dicen que no hay dinero, pensemos en quien presenta de candidato a la Comisión Europea a un dirigente procedente de un paraíso fiscal que proporciona exenciones fiscales a empresas procedentes de otros países.
No defraudes
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