¿Es esta una buena medida para lograr esos ambiciosos y persistentes objetivos europeos de conciliación o de mejora de la demografía europea?
¿Qué tal si además le sumamos el casi cierre de las fronteras?
¿Qué formación le vamos a exigir a las personas inmigrantes para ponerlas a trabajar en los empleos menos cualificados de nuestra sociedad?
¿Tiene sentido que endurezcamos las directivas para que lleguen a unos mínimos algunos países en lugar de exigir esos mínimos con anterioridad como hacemos con otros?
¿Esto encaja con la Europa de los social que queremos predicar o seguimos en la Comunidad Económica Europea exclusivamente?
Con este panorama hay que afinar mucho para no quedarse solo y, más allá de dejarse arrastrar, llevar la iniciativa del verdadero modelo social. De lo que ya no cabe duda es de que Europa nos afecta.
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