Unos un pasito a la izquierda y otros un pasito al centro parecen ser las conclusiones que tras la celebración de los Congresos de PSOE y PP respectivamente extraen los medios de comunicación. Estoy convencida de que ni una cosa ni la otra. Ni el PSOE se hace de izquierda porque durante 4 años ha demostrado que ese es su espacio político, el del reconocimiento de derechos y el apoyo a los sectores sociales con más dificultades, ni el PP se hace de centro, Rajoy sigue siendo Rajoy, el mismo al que conocimos y que hoy día afirma que la economía no sabe de ideologías o niega rotundamente que sea de interés alguno el que las personas procedentes de otros países puedan decidir quién gobierna en los lugares en los que desarrollan su vida diaria o el que se pueda evitar el sufrimiento de enfermos.
Quizás si en nuestro día a día tuviéramos más presente la pedagogía política no sería necesario tratar de convencer a nadie tras un Congreso. Y pongo un ejemplo crítico con el Gobierno, la factura de la luz. Puedo llegar a entender que hoy en día no sea necesario intervenir sobre la distribución energética para controlar las sobrecargas aplicando medidas como la tarifa nocturna, pero sí hacerlo sobre el propio consumo energético, no se debe de tratar de cuándo si no de cuánto. Lo que no entiendo es que esta explicación haya que imaginarla, porque nadie la da. Tampoco puedo entender que se perjudique a los que en su día se sumaron a ese control del tiempo llevados por las medidas gubernamentales sin darles una respuesta específica. Y no con la ideología, pero sí con la capacidad de gestión, tampoco puedo entender que no se garantice la información más completa posible a la ciudadanía.
En los tiempos que corren absorbemos la información a una velocidad de vértigo y sin capacidad de digerir nada, pero a pesar de esto más allá de hacer muchos anuncios de muchas cosas que al final ni el que las anuncia sabe qué son, tenemos que ser capaces de hacer entender cada decisión, gobernar de mano de la ciudadanía, ser y parecer lo que somos.
En cualquier caso no sé cuál habrá sido el grado de satisfacción de los compromisarios del PP en tras el último congreso popular, pero el mío tras el 37 Congreso del PSOE es alto, tanto por la redacción final de la ponencia las medidas que contiene, como por la elección para la dirección federal de gente con la que más allá de compartir una generación similar, comparto unas ideas.
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