La Reforma Fiscal del PP consiste en quitar rentas y bienestar a la mayoría de ciudadanos, para dárselas a los que más tienen, transfiere bienestar y renta de las clases medias y trabajadoras para dárselas a las rentas altas y a las grandes empresas. Quitárselo a los de abajo para dárselos a los de arriba.
El Gobierno en su reforma fiscal introduce dos cambios normativos fundamentales. Bajar los impuestos especialmente a las rentas altas y bajar el impuesto de sociedades a las grandes compañías y corporaciones, olvidando a la mediana empresa y los autómonomos, un sector que sin embargo se considera determinante para la generación de empleo y la recuperación económica, a los que primero animamos a emprender y después olvidamos suprimiendo los recursos del Estado de Bienestar, aumentando como nunca los impuestos indirectos y perjudicando directamente en esta reforma, como a los alrededor de 79.500 autónomos en Extremadura.
De la supuesta bajada de impuestos de la que presume el Gobierno no se beneficiará nadie que por sus rentas bajas no pague IRPF, pero que sin embargo asumen cada día copagos, recortes, tasas, tasazos y subidas de otros impuestos. El 30% de lo que se deje de ingresar con esta reforma de impuestos beneficiará al 1% de los ciudadanos con las rentas más altas, y el 60% del la pérdida de ingresos el 10% con rentas altas. Es un paso más en el camino a la desigualdad, la brecha económica y la fragmentación social.
El Gobierno además parece no tener otra alternativa para combatir el aumento de la deuda pública, que supera ya el billón de euros y roza el 100% de nuestro PIB, que recortar el Estado de Bienestar y aumentar la presión fiscal mediante impuesto indirectos, por lo que presenta una reforma con un claro afán recaudatorio.
Se trata de una reforma regresiva, que fomenta la desigualdad, hace más rico al rico, y carga más la recaudación de la clases medias, así:
o Una renta de 22.000€ anuales ahorra 400€.
o Una renta de 300.000 € se ahorra 12.300€
o Una renta de más de 1 Millón de euros, ahorra más de 60.000€
Por el contrario no incrementa los minímos familiares y personales del IRPF, y se grava el ahoro de las familias eliminando el mínimo exento en dividendos, suprimiendo la exención de los primeros 1.500€ de rendimientos procedentes de dividendos de sociedades, incrementado sustancialemente las plusvalías de quienes vendan un activo de antigüedad y que los grandes patrimonios evitan mediante otros instrumentos fiscales. En definitiva, favorece de nuevo a quienes más tiene, también en el caso de las grandes corporaciones con la reforma del impuesto de sociedades, en contraposicón con los trabajadores autónomos a quienes solo se les baja en parte las retenciones que el propio Gobierno había subido.
La disminución que proclama el
Gobierno no será real a la hora de hacer la declaración. No sólo no habrá
disminución de la tributación por mínimos exentos, sino que en algunos casos
tendrán que tributar hasta un 32% más. Si bien es cierto que por el segundo
hijo las familias obtendrían un ahorro de 0,38 céntimos de € al mes que no les
da ni para una barra de pan, ocultan que
por el tercer y cuarto hijo tendrán que pagar al año 108,82 € y y 135,05 € respectivamente.
Esta es una reforma fiscal que tendrá
efectos negativos sobre la actividad económica. El Gobierno olvida hacer una
verdadera refoma fiscal, incluir la riqueza y la lucha contra el fraude y la
fiscalidad patrimonial (impuesto sobre el patrimonio, de sucesiones, SICAV’s,
etc). Que los contribuyentes paguen en función de lo que poseen y que paguen
los que no paga, aliviaría las cargas muchas rentas medias y PYMES, no hay reforma fiscal justa que no incluya la riqueza
en el IRPF y adopte una ambiciosa y eficaz estrategia de lucha contra el fraude
fiscal.
El Gobierno del Partido Popular ha subido
más de 50 veces los impuestos a lo largo de la legislatura, y cuando esta
finalice, la mayoría de los ciudadanos pagarán más impuesto que cuando esta
comenzó, y los que no lo harán serán precisamente los que más debería aportar,
las rentas más altas, las grandes corporaciones y los defraudadores que se
acogieron a la amnistía fiscal.
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