El del título debería ser el eslogan con el que el Partido Popular se presentase a las elecciones, esa sería la forma de cumplir con sus promesas, eso sí, las promesas a la ciudadanía obligan cuando se gobierna, pero también deben hacerlo cuando se está en oposición, como es y seguirá siendo el caso del PP mientras sigan las cosas así, y no conocemos que tengan propuestas sobre los asuntos que de verdad ocupan y preocupan en nuestras vidas.
La principal motivación del PP parece la de sembrar el odio, tras lo que se vislumbran dos propósitos, difuminar los avances sociales impulsados por el Gobierno y dividir a la sociedad y alejarla de la política, o dicho de otro modo, no pretenden ganar la confianza de la gente y unas futuras elecciones en las que ya piensan (tanto que proclaman las elecciones municipales y autonómicas como una primera vuelta con lo que faltan al respeto una vez más a la gente, a las instituciones y hasta a la Constitución), sino hacer perder al PSOE.
La principal motivación del PP parece la de sembrar el odio, tras lo que se vislumbran dos propósitos, difuminar los avances sociales impulsados por el Gobierno y dividir a la sociedad y alejarla de la política, o dicho de otro modo, no pretenden ganar la confianza de la gente y unas futuras elecciones en las que ya piensan (tanto que proclaman las elecciones municipales y autonómicas como una primera vuelta con lo que faltan al respeto una vez más a la gente, a las instituciones y hasta a la Constitución), sino hacer perder al PSOE.
El ambiente parece cada vez más caldeado entre la gente a cuenta de los llamamientos que los irresponsables del PP proclaman continuamente. El peligro de esto es inmenso por multitud de motivos, uno de ellos me lo advertían el otro día comparando la actitud del principal partido de la oposición con el partido de fútbol Sevilla-Betis, se va echando leña y al final no se pueden controlar las llamas y sucede lo más lamentable. Y parece que estamos cerca de esa división, por un lado los que apoyen al Gobierno, por otro los que lo rechacen aunque sea el Gobierno elegido democráticamente (eso parece carecer de importancia), y por otro gente que para Rajoy ya no son personas normales, ya que esas son las que van con él. Lo que no parece es que haya subgrupos en estas divisiones, o esa impresión tuve hace unas semanas al pasar por la puerta del Ministerio del Interior y ver una concentración contra el Gobierno en la que compartían el espacio y las intenciones un grupo de personas de extrema derecha identificadas con sus símbolos y celebérrimos militantes del Partido Popular, sin que al parecer nadie se sintiese incómodo.
La otra intención es la de distraernos, la bronca y los malabares para quitar la atención de la gestión del Gobierno, y he aquí dónde he de manifestar que tenemos que sentirnos ilusionados y satisfechos, sin excluir a nadie, y centrar el debate en lugar de caer en la crispación. En las navidades una amiga compungida me preguntaba si estaba contenta con Zapatero y parecía sorprendida de que no dudase en contestar afirmativamente. Es el Presidente de un Gobierno que está cumpliendo su programa electoral y por tanto su compromiso con la ciudadanía, avanzando en la conquista de nuevos derechos para todos y todas. España está en un muy buen momento económico que ahora sí se está aprovechando para invertir en más bienestar social, igualdad y estabilidad económica para el futuro, se está creando empleo y mejorando las condiciones laborales, invirtiendo en educación y vivienda social, haciendo políticas para la igualdad mejorando las oportunidades de aquellos con una situación social menos ventajosa, subiendo las pensiones mínimas, aumentando las becas, aprobando leyes de una importancia para nuestra vida fundamental como la de autonomía personal de las personas dependientes, y un muy largo etcétera.
Debemos comparar a cada uno por lo que hace, y cada día y cuando corresponde, elegir entre quienes además de crispar, mienten y mintieron (el año 2004 no es el pasado y menos cuando lo intentan pintar de tiempo remoto los mismos que lo protagonizaron) y quienes mantienen presente el "no nos falles" a la ciudadanía. Pero para conseguirlo hemos de despejar las cortinas de humo (hay especiales informativos para cubrir manifestaciones y broncas, pero no para dar cobertura a la aprobación de leyes y derechos) y centrar el debate en mostrar nuestra satisfacción por las políticas que se están desarrollando, en crispación nos ganan.
Comentarios
Estoy totalmente de acuerdo con tu artículo y además hoy me siento especialmente contenta por la recién aprobada Ley de Igualdad. Este Gobierno cumple lo que dice.